
La novela histórica fue sin duda un hecho muy grande, tenemos varios ejemplos de cómo la novela histórica influyó en varios países como:
· En Rusia, el romántico Alessandri Pushkin compuso notables novelas históricas en verso y la más ortodoxa La hija del capitán (1836). Allí se escribió también otra cima del género, la monumental Guerra y paz de León o Lev Tolstói (1828-1910), epopeya de dos emperadores, Napoleón y Alejandro, donde aparecen estrechamente entrelazados los grandes epifenómenos históricos y la intrahistoria cotidiana de cientos de personajes.
· En Polonia la novela histórica fue un género muy popular; lo cultivó en el Romanticismo Józef Ignacy Kraszewski y después Aleksander Glowacki (Faraón, en 1897) y, sobre todo el premio Nobel Henryk Sienkiewicz, que compuso una trilogía sobre el siglo XVII formada por A sangre y fuego (1884) El diluvio (1886) y El señor Wolodyjowski (1888). Continuó con Los caballeros teutones (1900), ambientada en el siglo XV, y con la algo anterior y considerada su obra maestra, Quo vadis? (1896) en que se evocan los comienzos del cristianismo en la Roma pagana.
· En Francia, Alfred de Vigny (1797-1863), autor de la primera novela histórica francesa, Cinq-mars (1826), y después Víctor Hugo Nuestra Señora de París o Alexandre Dumas (padre), al que importaba sobre todo la amenidad de la narración en obras como Los tres mosqueteros.
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